Julio César Pineda
Tendrá que trabajarse en la constitucionalización de este espacio geopolítico
El 13 de diciembre de 2007, en Lisboa, los jefes de Estado y gobierno de los 27 Estados miembros de la Unión Eu- ropea firmaron el Tratado que sustituye al proyecto de una Constitución para toda Europa, que fracasó por el voto negativo de Francia y Holanda en la consulta popular a pesar de que dieciséis naciones lo habían aprobado. El Tratado de Lisboa modifica el Tratado de la Unión Europea (1992) y el Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea de 1957, se ha abierto a la ratificación de los miembros y concluirá en el 2009, con la segura firma y ratificación de todos. Europa unida en su diversidad finalmente contará con una Constitución supranacional fortaleciendo la nueva rama del Derecho Constitucional Internacional. Desde que Jean Monet lanzó en 1950, la propuesta de la construcción europea "paso a paso" y con realizaciones concretas hasta el Tratado de 1957 con la creación de la Comunidad Económica Europea con seis Estados y en 1992 la transformación en Unión Europea, y ahora con veintisiete miembros y una total integración, se constituye en paradigma para los procesos de integración en otras partes del mundo.
El Tratado de Lisboa recoge lo esencial del Tratado Constitucional tanto en el plano estructural como en el institucional y competencial ratificando la carta de los derechos fundamentales y revalorizando las principales instituciones como el Parlamento Europea, el Tribunal de Justicia, el Consejo de Ministros, la Comisión y el Consejo de Europa y con la incorporación de nuevos elementos como la lucha contra el cambio climático y el tema de la energía. El Estado-región europea hoy tiene 3.976.372 km2 y una población cercana a los quinientos millones de habitantes. La UE es paradigma para los procesos de integración y supranacionalidad en todas las áreas del mundo, pero especialmente para América Latina y el Caribe, como se demostró en la pasada reunión de Lima.
Ahora nace jurídicamente la Comunidad Sudamericana de Naciones (Unasur) como espacio integrado en lo político, económico, cultural, ambiental y jurídico. Esta Unión Sudamericana supera la alianza del Mercosur y la Comunidad Andina con la incorporación de Chile, Guyana y Surinam. Tendrá una extensión de 17 millones de kilómetros cuadrados y casi cuatrocientos millones de personas, con el 27% del agua dulce del planeta y más de ocho millones de kilómetros de bosques, lagos, ríos y dos océanos. En Brasil, se ratificó la voluntad de los jefes de Estado que responde a las aspiraciones de sus pueblos sobre lo acordado en la cumbre presidencial del Cuzco el 8 de diciembre de 2004 y la I Cumbre Energética Sudamericana en abril de 2007. Los mandatarios de América del Sur a pesar de las diferencias coyunturales adoptaron este texto en Brasilia con el Tratado Constitutivo que define el marco legal de la integración sudamericana donde el futuro parlamento de la región que estará Cochabamba, será factor esencial de la institucionalización y políticas latinoamericanas, igualmente contará con una Secretaría General con sede en Quito. Se debatió y se implementará la propuesta brasileña de crear un Consejo Sudamericano de Defensa para coordinar políticas de seguridad y paz en la región. La proposición del presidente Lula difiere de la que había hecho el presidente Chávez de una OTAN del Sur eminentemente militar y está más en la línea del Consejo de Seguridad de la ONU bajo el control político del poder civil y como factor de resolución de conflictos en la región. La Cumbre de Brasil debió haberse realizado en Colombia el pasado mes de enero, pero por problemas de Bogotá con Caracas y Quito se suspendió.
El Mercado Común del Sur, nació del Tratado de Unión Comercial firmado en 1991, rubricado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay con los antecedentes de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi) creada en 1980 y los acuerdos comerciales bilaterales entre Argentina y Brasil (1986). La Comunidad Andina de Naciones se originó en el Tratado Subregional Andino, firmado en Cartagena en 1969 por Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú, Venezuela se anexo en 1973 formando el Grupo Andino. En 1996 se le dio un nuevo impulso con el nombre de la Comunidad Andina de Naciones, en 1998 la CAN y el Mercosur firmaron un área de libre comercio entre ambas comunidades económicas, en el 2006 Venezuela solicitó el retiro bajo el señalamiento de la firma de algunos de sus miembros de acuerdos bilaterales con Estados Unidos.
Ahora es el tiempo de la Unidad Su- ramericana como lo pretendía Bolívar pero con el pragmatismo de la necesaria relación económica, el idealismo de la integración total y el realismo de la aceptación del pluralismo político. Tendrá que trabajarse en la constitucionalización de este espacio geopolítico y en el nuevo derecho comunitario.
Jcpineda01@gmail.com
Fuente: EL UNIVERSAL, CARACAS 29 DE MAYO DE 2008
http://opinion.eluniversal.com/2008/05/29/opi_35129_art_ue-y-la-union-sudame_876288.shtml